La selección española de tenis ha conseguido imponerse finalmente a Alemania en cuartos de final de la Copa Davis, gracias al partido en el que Juan Carlos Ferrero derrotó al alemán Andreas Beck en tres sets en casi 2 horas y 20 minutos de juego. El partido se llevó a cabo en la plaza de toros de Puerto Banús, que estaba abarrotada.
El partido estuvo disputado al principio, ya que se notaba la tensión propia de la importancia del choque en la eliminatoria, pero siempre se notó que el español estaba un escalón por encima, sobre todo en calidad, aunque hubo momentos (sobre todo al final), en los que el jugador alemán, más relajado, puso en algún que otro aprieto al ex número 1 del mundo.
La verdad, me alegro por Ferrero. Acudió a esta eliminatoria de la Copa Davis cancelando las vacaciones que se iba a tomar después de su más que meritorio torneo de Wimbledon, ya que la lesión de última hora de David Ferrer y el descarte de Nico Almagro hicieron que quedase una plaza vacante en el equipo, que ha quedado más que cubierta.
Este ex número 1 está volviendo a su mejor nivel, dejando atrás ya su época de lesiones que lo apartaron de los puestos de arriba del ranking de la ATP, como lo están demostrando sus recientes actuaciones, como Wimbledon o la de esta tarde.
También quedó patente la unión de todos los miembros del equipo español, que celebraban juntos cada punto y animaron sin parar a Ferrero, al igual que a los demás cuando les tocaba jugar.
Al final, Ferrero salió de la plaza a hombros de Feliciano López, aplaudido por todos los espectadores y con una sonrisa en su rostro que reflejaba que el esfuerzo había valido la pena.
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